Vida útil de un activo

Una de las estimaciones más importantes que se realizan sobre los activos, es la de su vida útil. Una estimación incorrecta de la vida útil de un activo puede generar una distorsión en el cálculo de la depreciación y por ende afectar los estados financieros. 

Antes de la conversión a Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), era muy común que las empresas depreciaran sus activos utilizando tasas tributarias, sin tomar en cuenta el nivel de desgaste o deterioro real que sufren los activos fijos, de acuerdo al padrón de su uso a lo largo de su vida útil. Esta situación trajo como consecuencia que en los estados financieros figuren bienes que se encuentran totalmente depreciados pero que continúan siendo utilizados.

¿Qué es la vida útil de un activo?

De acuerdo con las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), la vida útil es el período durante el cual se espera que un activo depreciable sea usado por la entidad; o el número de unidades de producción o unidades similares que la entidad espera obtener del activo.

El concepto de vida útil de un activo tiende a considerar determinados elementos, como el desgaste por el uso, los posibles cambios en la demanda de los bienes y servicios a cuya producción colabora, la incidencia de factores naturales, como también la posible pérdida de vigencia del activo como consecuencia de su superación tecnológica.

Cómo determinar la vida útil de un activo

Para fijar la vida útil de un activo se debe considerar el periodo de tiempo estimado en el que puede generar beneficios económicos. La expectativa de vida del activo suele estar basada en experiencias previas con activos similares, o con activos utilizados por empresas del sector en el que se desenvuelve la compañía o, en algunos casos, por el tiempo de vida recomendado por el fabricante.

Si los principales componentes de un elemento del activo fijo tienen patrones diferentes de consumo de beneficios económicos, la compañía distribuirá el costo inicial del activo entre sus componentes principales y depreciará estos componentes por separado a lo largo de su vida útil.

La determinación de la vida útil es fundamental para reconocer el gasto contable que representa el uso de los bienes para efectos financieros, pero aun así frecuentemente puede resultar complicado estimar la vida útil de algunos activos, por lo que las empresas comparan sus estimaciones con experiencias anteriores, consultan peritos o consultan con el fabricante en caso de activos sensibles.

Métodos de depreciación   

La compañía elegirá el método que refleje el patrón esperado de consumo de los beneficios económicos futuros incorporados al activo. Pueden utilizarse diversos métodos de depreciación para distribuir el importe depreciable de un activo de forma sistemática a lo largo de su vida útil.

El método de cálculo más frecuente que se suele utilizar para saber el grado anual de depreciación es el de método lineal. En él se dará lugar a un cargo constante a lo largo de la vida útil del activo, siempre que su valor residual no cambie.

La vida útil y el método de depreciación se debe revisar periódicamente para asegurar que el método y el período de la depreciación sean consistentes con el patrón previsto de beneficios económicos futuros.

La depreciación para efectos tributarios de bienes distintos a inmuebles se calcula aplicando porcentajes que no excedan las tasas máximas permitidas por la Ley del Impuesto a la Renta y su Reglamento. Las diferencias entre la depreciación contable y tributaria generarán diferencias temporarias.