La tecnología en el ejercicio profesional de un tributarista (Parte I)

Hasta hace poco, me consideraba un “millennial”, experto en temas digitales, con afición por los videojuegos y smartphones de última generación, que se sentía convencido de estar a la vanguardia de la tecnología, y con ventaja sobre muchos otros colegas.

Sin embargo, hace unos días BDO decidió que los materiales de consulta tributarios que utilizaremos a partir de 2018, serán únicamente digitales.

La noticia no fue tan fácil de asimilar, desde que salí de la Universidad, allá por el año 2010, he estado acostumbrado a los libros en papel y tengo recuerdos de los antiguos códigos de mis maestros, con parches en todas partes de sus leyes (debido a los cambios normativos que se iban dando), con los cuales me formé y el día de hoy me es difícil de abandonar.

Hace poco al llegar a casa, le conté a mi hermano lo sucedido, grande fue su sorpresa al saber de mi predilección por las normas almacenadas en papel; inmediatamente trajo su tablet y me enseñó todas las leyes y artículos legales que almacenaba desde el primer ciclo en la universidad y programas que utilizaba para facilitar la búsqueda y lectura de los temas específicos. Lo mejor, me dijo, es que no necesitaba espacio ni impresoras.

La reflexión que quiero compartir es que la tecnología viene al acecho, la actualización profesional no está únicamente ligada al conocimiento, está más allá. En unos años, cuando las nuevas generaciones ingresen al mercado laboral; si es que no utilizamos la tecnología disponible en nuestro trabajo, por más conocimiento que tengamos, seremos desplazados por una generación más veloz y eficiente.

En los últimos años, la tecnología viene siendo explotada por parte de los Estados. En nuestro país, la SUNAT, ha implementado de manera electrónica, la emisión de comprobantes de pago, el llevado de los libros y registros contables y procedimientos de fiscalización. Ya que todo apunta a digitalizar la información, esto, con el objeto de ahorro de tiempos, reducción de costos y en especial disminuir los plazos de solución de conflictos.

Si nuestro país quiere pertenecer a la OCDE[1] (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) necesita contar con un sistema tributario que le permita tener certeza de la realidad económica de sus contribuyentes, para luego compartirla con aquellos países que lo requieran y así efectuar intercambios de información que permitan lograr una tributación justa en cualquier parte del mundo. Esto solo será posible con la utilización de la tecnología digital.

Depende de nosotros estar actualizados y aprender a usar todas las herramientas que esta era nos otorga, salir de nuestra zona de confort y atrevernos a utilizar lo desconocido. #BDOtransforma

René Velásquez Cuadros.

 

[1] Grupo de países con las economías más importantes del mundo que tiene como objetivo principal coordinar las políticas económicas y sociales de todos los países miembros.